Una chica entro miro la ropa y se acerco a ella
-te puedo ayudar en algo?
-más bien yo a ti, hola soy Alexandra y yo trabajare contigo
-ok entonces ven que te explico que debemos hacer
Unos 20minutos y ya todo estaba más que explicado, una llamada de su abuela para decirle que tenía que alcanzarla en un restaurante , que dejara a Alexandra a cargo de la tienda, que ella tenía que estar en la reunión con su futuro socio.
Carla llego al restaurante y al ver a su abuela se acerco
-que hace Roger aquí?-Roger estaba en la puerta del jardín, contestando una llamada-no me digas que con el…
-si! Después de que tu corriste como cenicienta en la inauguración hablamos un poco y…
No podía creer lo que estaba escuchando, ahora resultaba que su abuela se había enterado antes de quien era Roger, y ahora una asociación, eso significaba algo, terminarían trabajando juntos
-…y tú me ayudaras a organizar todo!, ya hablamos y entre los dos organizaran la pasarela
Y el ya estaba de regreso, con una sonrisa enorme, mostrándole la felicidad que le causaba
-hola-se sentó junto a ella-que hacemos primero hablar o comer?
-creo que primero hablamos, pero a solas-miro a Roger- Me acompañas?
Ambos se levantaron y se dirigieron al patio del restaurante
-que sorpresa no? Y antes que digas algo, la de la idea fue ella, yo solo acepte…
Los labios de Carla interrumpieron las palabras de Roger. Después de unos segundos el aire les hacía falta, se separaron y ambos sonrieron
-te extrañe
-yo también…-miro atreves del cristal la abuela de Carla no los miraba-pensé que dirías algo sobre la pasarela
-también, no me dijiste que habías hablado con mi abuela-le dio un pequeño golpe en el brazo-y ahora tendré que verte TODOS los días!
-ja ja, es que con tantas huidas que pegaste, pues no hubo oportunidad-Carla hizo una mueca y le sonrío-vamos a comer, que muero de hambre
Tomo su mano y fueron a la mesa. Después de comer hablaron sobre el proyecto, quedaron en que lo harían en el lugar donde Roger recibía donaciones. Carla ayudaría a organizar todo, trabajaría con Roger, sobre la publicidad, la organización de los invitados y todo lo que conlleva el evento.
Dicen que cuando te diviertes el tiempo pasa volando y eso fue justo lo que les pasó. Cuando se marcharon del restaurante eran aproximadamente las nueve de la noche. La abuela de Carla se fue, alegando que no quería estar haciendo mal tercio y que no quería que Roger dejara a su nieta al creer que era una abuela metiche.
Quedaron solos, y ambos sonrieron. Eran novios, ya habían estado juntos, y tal parece que las palabras se habían terminado. No sabían que decir, ni que hacer solo se miraban y sonreían.
-Ya Roger, no me veas así. -Carla se tapó el rostro con las manos
-¿Por qué?
-Porque me pones nerviosa. -Se escondió tras sus brazos y recordó esa tarde, donde Valeria había ido a buscarla y... dejó escapar todo su veneno. Cuando movió sus manos, dejándole el camino libre a sus ojos, se dio cuenta que Roger no estaba ahí.
¿Y sí se fue a buscar a Valeria?
-¿A quién buscas princesa? -Sintió el aliento de Roger rozarle el oído. Ahí estaba, se mordió el labio inferior, cerró los ojos y dejo escapar un suspiro.
-A mi príncipe azul, -Respondió y se giró para encontrarse a Roger, se levantó y se lanzó a sus brazos. Quería sentirse tranquila, debía estarlo. Ella había decidido ayudarlo y debe aguantar todo eso.
Por él.
Y no sabe cuando lo más importante dejó de ser ella.
No recuerda cuando fue que dejaron el restaurante, baja de su mundo cuando están en el elevador camino a su departamento. O al de él. Como sea. Suspira y Roger deja de pensar en la inmortalidad del cangrejo para mirarla.
-¿Qué pasa? -Le preguntó. Carla no sabía si decirle o no. Lo que menos quiere es que se sienta mal, pero necesita respuestas para poder dormir.
-¿Tú me quieres?
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