jueves, 19 de enero de 2012

Capítulo 25 (AMARTE DUELE)

Carla miro a todas vueltas locas, su abuela apurando a más no poder a las maquillistas, y ya se escuchaba los murmullos de la gente esperando ver ¨algo¨


-está bien, pero no sé qué cantar


.-un pato no! Solo eso, si quieres canta la patita o el ropero hasta el ratón vaquero pero canta algo!


Roger salió para avisar a los músicos. Tomo un micrófono y…


-buenas tardes, estamos por comenzar el desfile, pero antes Carla medina nos cantar… algo


Alguien le dio un banco a Roger el cual puso en medio del escenario, Carla con todo y su pena salió


-por favor escúchame…


-Te quiero de aquí a marte,
amarte duele tanto que no se que hacer
si verte en el aparador, tocarte y quererte
amarte duele.
Te quiero de aqui a marte,
aunque la gente siga nuestros pasos yo
te pido no mires el reloj y quedate
aunque me duele
Y amarte duele
quiero llevarte a marte y quererte
si el mundo no conspira
no se puede, el amor
quiero llevarte a marte y quererte.
Escapare contigo a marte
ahi no importa nada, te podré querer
pero tu hermana dice que no sientes
lo que dices y me duele.
Y amarte duele,
quiero llevarte a marte y quererte
si el mundo no conspira
no se puede, el amor
quiero llevarte a marte y quererte
Y amarte duele,
quiero llevarte a marte y quererte
si el mundo no conspira
no se puede, el amor
quiero llevarte a marte y me duele
Y amarte duele
y amarte duelelele
mmbarara, mbararara, mbarara
y amarte duele
y amarte duele


Roger estaba allí parado escuchándola cantar, un minuto le sonreía y al otro se quedaba serio, escuchando una canción de Natalia lafurcade, ya la había oído, pero no escuchado


Carla termino su canción y corrió al interior con todas las chicas, ya todas estaban listas, comenzó la pasarela Roger presentaba las prendas, y el costo, se subastarían las prendas, y las ganancias irían a su fundación.


Después del desfile se hiso una pequeña fiesta, allí mismo, todo iba de maravilla, salvo que Roger no había visto a Carla desde que había cantado


Carla estaba encerrada en el baño sin saber qué hacer, busco en el interior de su pequeña bolsa de su jeans, saco el papel con el número de james, marco sin pensarlo dos veces, ya hacia unas horas que había cantado aquella canción

miércoles, 11 de enero de 2012

CAPÍTULO 24. (Hay cambios que se dan solos)




Cuando Carla abrió los ojos, sintió que alguien la aprisionaba, quería tallarse los ojos pero unos brazos alrededor de su cuerpo de lo impedían. Era Roger y tenía únicamente flashazos de lo que había ocurrido la noche anterior, ella alterada, Roger con cara de perro, ella gritando, tomando un cuchillo y amenazando con encajárselo, él con la mirada llena de lágrimas y rogando para que no hiciera una locura.


Suspiró y se dio cuenta que… Pues sí, necesitaba ayuda, pero no aceptaría la de la hermana de Roger. Y cuando éste despertara, le daría la noticia de que retomaría las terapias con su antiguo psicólogo.


Se acurrucó un poco más en esos brazos, descansaría un poco más, porque esa tarde se llevaría a cabo el evento…


-buenos días-le sonrió, mientras movía la cabeza para que sus cabellos obstruyeran sus ojos


-buenos días-no estaba la sonrisa de siempre pero sus manos hallaron el espacio para que el pudiera verle los ojos


-perdón-agacho la mirada


-perdón? No sabes lo que dices! Perdón no remediara TODO!


-lo sé-levanto su rostro- pediré ayuda


-me lo prometes?- se levantó , y se puso frente a ella-


-sí, le hablare a mi psicólogo


-mi hermana…


-no gracias, ella no, por favor


-está bien-se puso de pie nuevamente, se estiro un poco, el sillón no era muy cómodo y la espalda ya le dolía. –me tengo que ir, te veo e una hora, aquí


-está bien-se sentó en el sillón-me arreglare rápido


-te ves hermosa así-beso su frente y salió sin decir más.


Carla se apresuró, se bañó y se vistió ¨decente¨. Peino sus cortos y rubios cabellos. Busco en la caja que estaba debajo de su mano, saco una agenda negra, busco y busco hasta que encontró el teléfono que buscaba. Marco los números y espero que alguien contestara


-hola?-pregunto, esperando que fuera él y no su secretaria


-hola


-Mauricio?


-si?-la voz que escuchaba se le hacía conocida, pero no reconocía quien pudiera ser


-soy Carla, Carla medina-inocente y abrumadora era su tono de voz


-que sorpresa Carla, que gusto que me llames, pensé que lo harías cuando llegaras


-perdón todo ha sido una locura


-está bien, como estas?


Esa pregunta! Le aterraba que podía responder, porque no sabía cómo estaba


-bien, recuerdas que me dijiste que tenías una amigo aquí y que con él podía continuar con mis terapias?


-sí, quieres su dirección?


-por favor


Mauricio le dio la dirección y el teléfono, james, era el nombre de su amigo. Carla los anoto en un pequeño papel y lo guardo en la bolsa de sus jeans, termino la llamada con un simple gracias y a dios


Unos 15 minutos pasaron y Roger ya estaba tocando la puerta.


Carla salió, con una enorme sonrisa, y se fueron, cuando llegaron a la fundación ya todo estaba montado, las modelos ya habían llegado y ahora si estaban todas, no faltaba nada para la pasarela, Carla y Roger se separaron para terminar de revisar los últimos detalles, los ejecutivos y amigos comenzaron a llegar, Carla estaba terminando de ayudar a las modelos con los vestuarios, Roger revisaba que el sonido estuviera bien.


-Carla, debemos empezar


-pero aún no están listas las chicas


-debemos empezar YA!


-pero…


Roger ya sabía ido antes que ella pudiera terminar la frase. Lo miro entrar a su oficina, supuso que le estaba dando más tiempo, y apuro a las modelos a terminar de vestirse, faltaban unas cuantas de maquillar y eso atrasaba el programa del evento.


Toma-le dijo Roger girándola para que lo viera


-una guitarra? Y yo que hago con una guitarra


-cantar, entretén a la gente en lo que están las chicas


-no, no, no! Yo no!


-por favor


-Roger pero…



jueves, 5 de enero de 2012

Capítulo 23.

-¿Estás lista?

Había pasado una semana desde el encuentro con la hermana de Roger. Nunca pidió el teléfono de ésta y no estaba en sus planes hacerlo.
Qué, por qué, pues, quizá fue un poco hipócrita, nunca se le va olvidar el día que la conoció, que no paraba de hacer preguntas incomodas e intentar emparejarla con Roger. Luego el encuentro en el elevador y ¿dejarían que alguien como ella, sepa todo de ustedes?

Carla no.

-Carla te estoy hablando

-Perdón abuela, ¿qué decías?

-Tienes que ir con Roger, ver los últimos detalles y esas cosas

-¿No podrías ir tú? –Bajó la mirada e intentó sonar tranquila

-¿Yo? Carla, tengo muchas cosas que hacer, así que date prisa que te necesito aquí.

Y su abuela siguió en lo que hacía antes, así que no le quedó otra que ir hasta la oficina de Roger. Cuando llegó Clara la recibió con una sonrisa, que no le costó nada responder. Preguntó por Roger y la dirigieron hasta la oficina que ella ya sabía más o menos donde estaba.

Entrar o no entrar. E ahí el dilema. Suspiró y se regañó mentalmente, ya estás grandecita para estos panchos. Tocó la puerta, avisando que iba a entrar y abrió la puerta. Roger la miraba confundido desde su escritorio.

Todo había cambiado, ya no estaba la esencia Valeria por todos lados.

-Wow. –Dijo y vio la sonrisa que había en los labios de Roger.

Roger se levantó y se paró frente a ella.

-Hola

-Cambiaste todo

-Te dije que lo haría

Carla sonrió internamente, nadie había hecho nada por ella y ahora él, organiza su oficina y no sólo eso, en el librero detrás del escritorio, puede reconocer un disco de The Smiths.

-Yo tenía uno como ese- Dice y Roger no sabe de qué habla, se gira y busca con la mirada y encuentra “eso” el disco que él había tomado de la caja que Carla había donado.

No lo culpen, ese era el único que le faltaba para tener la discografía completa.

-Lo sé. –Responde.

Carla está vuelta loca por Roger, él le ha dado más que otras personas, y aunque esté Valeria, ella sabe que la de los problemas no es él. Tiene una sonrisa grande y Carla muere por tenerla contra sus labios, pero no puede, no debe. Y mejor empieza con el asunto que tenía pendiente y no me refiero a “su relación” con Roger.


El tiempo se pasó volando y ya faltaban pocos días para su evento. Sin querer evadían el tema “nosotros” ambos tenían miedo, y si las cosas salían mal entre ellos, no querían que pasara lo mismo para su trabajo.
Roger había hablado con su hermana y ésta le informó del acuerdo al que había llegado con Carla, ésta le pediría a él su teléfono y luego se pondría en contacto con Camila. Cosa, que Carla no hizo.

Y aunque se viera tan feliz, tranquila y risueña Roger sabía que algo andaba mal. Fue hasta su casa y ella le abrió la puerta con una alegría que se notaba sin importar que no estuviera sonriendo.
Le saludo con un beso en la mejilla y le dejó pasar.
-No te esperaba
-¿Por qué no has llamado a mi hermana?
-¿Para qué? ¿Para qué me diga que estoy loca? Gracias pero no.
-Nadie dijo que lo estuvieras, pero Carly, necesitas ayuda.
-¡Ayuda! Quién necesita ayuda eres tú, maldito traumado.
Sus palabras fueron como un cuchillo atravesando sus entrañas, él sabía que ella tenía razón, era un traumado, pero con ella, no la sacaba ni un momento de su mente, todo giraba alrededor de Carla, Carla esto, Carla lo otro.
Carla, Carla, Carla.