martes, 3 de julio de 2012

CAPITULO 30



La mañana la encontró allí, parada en el mostrador, viendo fijamente la entrada, dejo salir un suspiro y se remonto en ella.
<<Estoy loca? Tal vez si, por eso la gente huye de mi>>
Había pasado una semana y no había señales de Roger, sus terapias con James iban bien, y ahora tenía un amigo, Miguel.
El ahora estaba en la vida de Carla y eso le gustaba, la hacía sentirse bien, una persona con quien platicar, y a quien escuchar, la radio se hizo presente una voz conocida y desconocida retumbaba con una canción vieja, no pudo resistirse y comenzó a cantar
that none of us could sleep
then all the styrofoam
began to melt away
we tried to find some worms
to aid in the decay
but none of them were home
inside their catacomb
a million ancient bees
began to sting our knees
while we were on our knees
praying that disease
would leave the ones we love
and never come again
and on the radio
we heard november rain
the solo's really long
but it's a pretty song
we listened to it twice
cause the dj was asleep

this is how it works
you're young until you're not
you love until you don't
you try until you can't
you laugh until you cry
you cry until you laugh
and everyone must breathe
until their dying breath
this is how it works
you peer inside yourself
you take the things you like
and try to love the things you took
and then you take that love you made
and stick it into some…

Una persona conocida entra por la puerta y saca a Carla de su mundo de música
-abuela me asustaste!-dijo mientras le bajaba el volumen a la radio
-perdón, cariño, te tengo noticias y son buenas!
-de que se trata?-estaba intrigada, para ella no podían ser tan buenas como su abuela
-abriremos 2 sucursales en new york y viajare yo-la cara de Carla no cambio, debía ser mas especifica- y tu estarás a cargo de esta tienda y de la del sur
Esta vez la cara de Carla si cambio, no dejaba de pensar en todo el trabajo que tendría!, el ir y venir de las tiendas, buscar a alguien que la ayudara en esa tienda, y por un momento paso por su mente, irse y ella abrir las tiendas en new york pero el huir (por ahora) no estaba en sus planes
-cariño-la despertó su abuela de su sueño- todo estará bien. Entre tú y María podrán arreglar las cosas. Además no me iré mucho tiempo solo unos cuantos meses
-está bien-dijo un poco más tranquila-espero que todo salga bien
-yo también, mira Carla, algún día todo esto será tuyo, y tendrás que manejarlo todo tú, por eso te dejo tantas tareas
-yo? –pregunto asombrada, con la simple idea de que si su abuela muere ella se quedara sola ya le bastaba
-sí, eres la única familia que tengo y lo que hago, lo hago por ti y para ti-acaricio suavemente la mejilla de Carla, vio lo rápido que sus ojos se inundaban-no llores mi vida, siempre estaré contigo!
-eres todo lo que me queda, y que hables como si mañana no estuvieras me hace…-no podía parar el llanto-por  favor
-no están difícil piensa que yo te cuidare siempre-la tenia abrazada como el día que le dijo que sus padres no volverían-donde sea que yo este
<<No puedo dejarme caer ahora, necesito regresar a mi realidad sin sufrir>>
Pasaron las horas y el platicar después de muchos años sobre sus sentimientos les hizo bien a las dos, necesitaban, se necesitaban, tenían que dejar salir todo lo que sentían.
*
Pasaron eso 2 temidos días, no dejaron de llamarse ni un momento, Carla fue al aeropuerto para despedir a su abuela, la cual no dejo de darle indicaciones. Esa tarde ella le llamaría, para avisarle sobre su viaje, Carla seguía muy nerviosa y ansiosa, necesitaba hablar con alguien, y que ese alguien le ayudara y acompañara.
Saco su celular y marco ese número que ya se había aprendido de memoria…
-¿Carla?

-Hola Migue, ¿estás ocupado?

-Un poquito, pero ¿qué necesitas? -respondió.

-Bueno, es que mi abuela se fue de viaje y, necesito ir a un lugar y ahí trabaja mi ex y no quiero ir sola, y el mandado es con él, y...

-¿y? ¿Recuerdas que en la Hora Pico salía una chica que se llamaba Sisi y que siempre decía sí? Tú eres como ella pero en lugar de decir sí, dices y.

-¿Y eso que tiene que ver? Eres colombiano no sabes nada. -Reclamó.

-No te “esponjes” I-i. ¿Quieres que vaya contigo?

-Por favor.

Miguel le respondió que en media hora estaría ahí para acompañarla y no mintió. Él siempre estaba feliz y relajado, Carla creía que a la mejor estaba en drogas. Luego cayó en cuenta que no todas las personas habían pasado una vida tan difícil como ella y que, lo más probable era que las personas con una vida fácil sonrieran siempre.

Cuando llegaron a la asociación Clara estaba jugando con los niños, a los cuales los dejó solos un momento para ir a saludar.

-Qué milagro Carla, no esperaba verte pronto por acá. -Le saludó de beso y después fijó su vista en Migue. -Y menos con compañía.

-Oh, el es Miguel, un amigo.

-Hola, yo soy...

-Perfecta. -Migue la había interrumpido y la miraba como un niño mira a una tienda de helados. -Disculpa -Dijo al ver la cara de susto que ella tenía.

-No-no te apures.

-Sí digo que serías la modelo perfecta para algunas fotografías necesarias en mi tesis ¿te molestarías?

Clara estaba sonriendo y a Carla le dio mucha gracia la cara que tenía Migue, al parecer el amor a primera vista si existía. Los niños comenzaron a desesperarse y perdieron un poco la compostura, Clari los miró y suspiró.

-Digo que es una manera muy rara de pedirlo pero con gusto te ayudo, ahora sólo tengo que regresar. -Se mordió el labio y apuntó hacía los niños vueltos locos.

Se fue y Carla tuvo que llevarse a Migue a jalones. Tocaron la puerta y al escuchar un “adelante” proviniendo de la oficina y con la voz de Roger, Carla sintió una revolución en su pecho. Aún la ponía nerviosa y estaba que se moría de la vergüenza, recordando el oso que había hecho la última vez que se vieron.

-Con permiso -dijo y entró apretando mucho la mano de Miguel. -Mi abuela me mando por unos papeles, dijo que tú ya sabías cuáles.

Roger asintió y buscó lo que Carla le había pedido. Le entregó una carpeta y comenzó a explicarle:

-Son las estadísticas del evento, en realidad nos fue muy bien. Al parecer aún hay gente a la que le gusta ayudar a los demás y no sólo se recolecto dinero con la venta de las prendas de su tienda, sino que algunos dieron donaciones aparte.

-Que bueno, me da mucho gusto que todo haya salido bien. Nosotros nos tenemos que ir, hasta luego Roger.

-Que te vaya bien.

Carla no le había presentado a Migue porque sentía que no hacía falta, no quería que él llegara a mal entender las cosas. Salieron de la oficina y Carla lo único que sentía y escuchaba era el tamborilear de su corazón. Estaba tan lindo y serio.

Qué mal que las cosas entre ellos no hayan resultado bien.

Tuvo que volver a verlo ese día, mientras Migue arreglaba su cita con Clara, ella estaba sentada viéndolos hablar y en eso llegó Roger.

-Deberías cuidar mejor a tu novio.

-No tengo novio, él es solo un amigo y por si no lo notas está interesado en Clarita.

-Como sea, espero que un día de estos nos veamos, tenemos mucho de que hablar.

Carla asintió y se despidió de Roger haciendo un gesto con la mano. Con la otra deteniéndose porque estaba segura de que en cualquier momento perdería el equilibrio.

CAPITULO 29 (GENTE NUEVA)


No podía detenerse en cosas tan pequeñas como lo que pasaba con Roger, tenía tantas cosas que hacer y que pensar, que llegó a la conclusión de que, un novio en esos momentos sólo le causaría problemas. Luego cayó en cuanta de que ni siquiera eran novios, así que peor tantito.
Comió un poco, antes de salir a la boutique, con la esperanza de que su abuela, no se le hubiera ocurrido ir a dar una vuelta y ver que pasaba de medio día y su nieta no había abierto.
Le dio un poco de alegría ver que eso no había sucedido.
Abrió la boutique y se puso a limpiar no sin antes haber encendido el radio, llenándose los oídos con unas voces, muy conocidas: Ha-ash. Con esa canción que, arggg.
Mis amigos dicen que te olvide, que antes de ti no era igual; antes de ti, mi vida no tenía sentido, antes de ti, no sabía amar.
¿Qué hago con mis labios, si me ruegan tus besos? ¿Qué hago com manos cuando suplican tú regreso? ¿Qué hago con mis noches? ¿Qué hago con mis días? ¿Qué hago con tu esencia que se aferra a la mía?
Prefirió no seguir escuchando, esa canción. Sacó un libro que se encontraba por ahí, no quería seguir pensando, en ¿Roger?
No quería pensar en nada.
Pero no podía concentrarse en la lectura, quizá era hora de tomar sus maletas y volver a empezar.
¿Donde quedaron las cajas?

Escuchó la campanilla que anunciaba que había un cliente, levantó la vista y se encontró con un joven, le calculo al rededor de veintidós, tenía el cabello rizado, que hasta parecía un afro, muy pequeño, era flacucho y miraba con atención todas las prendas en los mostradores. Le pereció una persona chistosa y antes de reírse prefirió hablar:
-¿Necesitas algo?
Volteó a verla y asintió.
-Mi madre cumple años y no tengo idea de que regalarle.
Carla le sonrió por su acento, y salió del mostrador. -Eso se puede solucionar, más o menos ¿qué es lo que estás buscando?
-¿Algo para mi mamá? -Respondió con el ceño fruncido y ahora sí Carla no pudo no reírse. Le mostró diferentes piezas y al final un traje de color negro le convenció, dijo que haría lucir más los hermosos ojos que tiene.
-Muchas gracias, me salvaste la vida.
-No es nada ese es mi trabajo, pero ya sabes, cuando se te ofrezca.
Asintió cuando le entregaba el cambio, lo guardó en su cartera y le sonrió; -Miguel Gonzalez, fue un placer.
Gonzalez, como Roger. Sintió que la nostalgia la consumía, se perdió en sus  pensamientos y fue la voz de Miguel, lo que la sacó de su trance.
-Ya sé que tengo el súper poder de dejar sin habla a cualquiera, pero por favor di algo.
-Perdón, me recordaste a alguien.
-Espero que a nadie malo, señorita sin nombre.
-Hey, si tengo nombre es Carla. -Cruzó los brazos y le sacó la lengua.
-Muy bien Carla, te invito un café.
-No, no creo
-Como amigos -Y la sonrisa de ese chico era especial, y no pudo negarse, en parte no lo hizo porque necesitaba algo y eso era distracciones.
-Salgo a las seis.
Miguel asintió y se despidió diciendo que volvería.
Las cosas comenzaban a pintar mejor.

Cuando Miguel llegó por ella, acababa de terminar de anotar las ventas del día, no entendía como les iba tan bien. Tomo su bolsa y caminando llegaron a un starbucks que estaba muy cerca.
Miguel le dijo que era de Colombia, ahí entendió el porque de su acento, tenía veintitrés años y era un fotógrafo recién graduado de la carrera de Artes Visuales, pero la fotografía era lo que más le gustaba.
-Me encantaría que un día fueras mi modelo, tienes muy bellas facciones.
Que un artista te diga eso, debe ser porque en realidad eres bella ¿no? O quizá, esa era su técnica de conquista.
-Disculpa, me tengo que ir. -Asió su bolso y se levantó.
-¿Dije algo malo?
-¡¿Crees que no me iba a dar cuenta de tus verdaderas intenciones?! Sí le digo que es hermosa, la llevo a mi departamento y me aprovecho de ella. -Los ojos de Carla estaban empañados por las lágrimas y Miguel no entendía nada.
Alejó su silla y se acercó a ella, abrazándola, apretando su cuerpo contra el de él, acariciando su espalda. Y no recuerda unos brazos donde se haya sentido más tranquila.
-Perdón, -Dijo antes de limpiarse las lágrimas con el dorso de su mano y sorber los mocos -Soy una desconfiada
-Tranquila, está bien que desconfíes, nos acabamos de conocer. Pero, yo te aseguro, que no te haré nada malo. Seremos amigos si quieres. Lo prometo. -Levantó la mano y Carla sonrió.
-¿Por la garrita? -Levantó el dedo meñique.
-Por la garrita-tomo el menique con el suyo-es juego de niños
-pero sigue funcionando-le sonrió

lunes, 2 de abril de 2012

CAPITULO 28 (UNA VIDA NUEVA)


La mañana los encontró dormidos, Roger apresándola contra su cuerpo y Carla ronroneando como gato, hacía mucho que no despertaba así. Se talló los ojos y al intentar enderezarse se sintió un poco mareada. Cuando se le pasó vio la hora y ya se le hacía tarde, como pudo se deshizo de los brazos de Roger y corrió hasta la ducha.
Se fue sin despertarlo, o dejarle una nota. Ir y ver a su nuevo psicólogo, era lo primordial. Cuando llegó inmediatamente paso, no olvidemos que iba con diez minutos de retraso.
-Carla ¿cierto? -Un señor de aproximadamente cincuenta años, con el cabello un poco lleno de canas, ojos claros, que estaban cubiertos por unos lentes cuadrados y una sonrisa impecable. Definitivamente guapo. le preguntó.
-Sí
-Muy bien, ¿Cómo estás? -Le indicó con la mano que se sentará en el pequeño sillón que había, Carla asintió y tomo asiento.
-Bien -Respondió.
-¿Bien? ¿Bien bien? o ¿Bien mal?
La sonrisa de él le daba mucha confianza, no tendrá bronca respondiendo la verdad.
-Bueno, pues más o menos.
-¿Por qué?
Carla pareció pensar su respuesta y todo lo que había pasado en los últimos días llegó hasta su cabeza.
 -No lo sé -respondió -Creo que no he estado haciendo las cosas bien.
-¿por que crees eso?
-La gente no parece muy convencida con lo que hago.
-La gente ¿eh?
-Sí, mi abuela, mi ex novio, a él no le gustaba nada de lo que hacía, hasta me llevó a su hermana psicóloga que me odia para que hablara conmigo.
-¿Tus padres que opinan? -El doctor notó como el rostro de Carla se deformaba, había dado en el clavo.
-Mis padres, están muertos -Dijo y unas lágrimas cruzaban por sus mejillas.
La hora se había acabado, Carla tendría que irse sin haber logrado nada, al doctor no le gustaba dejar ir así a sus pacientes, le arregló una cita para el día siguiente y le hizo prometer que volvería. Carla asintió y con un pañuelo desechable, volvería a intentar resolver lo que sea que haya en su casa.
Carla caminó hasta su departamento, admiró el día y pensó en todo aquello que estaba esperando de su vida, cuando abrió la puerta allí estaba Roger sentado en el sillón con los codos en las rodillas y sus manos en cara, cuando él la vio se levantó de prisa
-estas bien?-dijo con un tono de preocupación
-sí, si –lo miro, sintió sus manos en su cara, y de pronto ya tenía sus labios sobre los suyos, dándole un beso desesperado, un beso de necesidad- estoy bien
-me tenias preocupado, a donde fuiste?-levanto el rostro de Carla con su mano
-fui… con. Bueno perdón tenía una cita con mi psicólogo. Y no quería despertarte-lo separo un poco de ella- desayunamos?
-como te fue?-detuvo el paso de Carla hacia la cocina-dime
-me fue… bien-jalo su brazo bruscamente-tengo hambre
-bien, desayuna, yo… me tengo que ir, un amigo me está esperando en la asociación
-nos vemos después… -dio la vuelta para mirarlo- yo… tendré trabajo hoy así que… luego
-bien-tomo su chaqueta del sillón –mañana tendré una junta y no se cuanto me lleve…-abrió la puerta lentamente- tal vez nos podamos ver para desayunar
-tengo una cita con mi psicólogo y después…
-bueno hablamos después-cerró la puerta. Soltó un suspiro y camino hacia el elevador-hay Carly

miércoles, 1 de febrero de 2012

CAPITULO 27 (JUNTO A TI)

Ya no me preguntes más. No oigo.
Ya no puedo ni pensar, en otra cosa que no sea tu sonrisa que ya quiero estrenar…
«Ja – ja – ja. Debo de estar lo suficiente ebria como para imaginar que Roger está ahí, cantándome algo de Ximena Sariñana. »
Porque apenas si te siento entre mis dedos resbalar: Quiero verte un día más y platicar aunque ayer te vi, igual no importa, porque solo quiero oír tu voz, conversar, analizarte o algo más.
Carla le dio un trago a su mojito y se levantó, se sintió mareada y le dio otro trago a su bebida para “agarrar valor”. La voz de la persona que cantaba, era igualita a la de Roger y Carla, tenía que salir de dudas.
Porque tendría, una forma de olvidar si tú me miras y a tu lado despertar de mi orgia. De estar junto a ti un rato más.
Se paró frente al escenario y sí, en efecto, era igualito a Roger y ella quería morirse. O estar lo suficientemente ebria para alucinar. Porque, vamos, ¡Desde cuando todos tienen un cabello tan manejable y ojos verdes? Y si, sí fuera Roger ¿Él qué va andar haciendo en esos lugares cuando tiene cosas mejor que hacer?
¿Por qué se sabría una canción de Ximena Sariñana, sí el tan años 60s?
“Lo miró” y sonrió, negando con la cabeza, se empinó el vaso que llevaba en la mano y lo dejó por ahí, que importa.
Bajó del escenario y con las mejillas teñidas de rojo, le sonrió.
-Cantas muy bonito, ojalá un día lo escuche hacerlo –Siseó y no pudo evitar la típica risa de un borracho feliz.
-¿A quién?
-A Roger, ¿A quién más? –Rodó los ojos y le miró como si ella supiera todo sobre todo.
-Carla, yo soy Roger.
Y sé lanzó a sus brazos, apretándolo con fuerza, escondiendo su rostro en su cuello, dejando salir un par de suspiros.
-Roger, estás aquí.
El aludido se sacó de onda, bajo sus palabras. No entendía nada, ni un poco de Carla medina, pero le gustaba estar así, abrazándola, inundándose los sentidos de su fragancia, sin importar, que en ese momento estuviera opacada a causa del alcohol. Ella era casi perfecta, le encantaba, la adoraba. Carla se estaba convirtiendo en todo para él.
-Claro que estoy aquí, lo mejor será que nos vayamos.
Carla asintió, se dirigieron hasta la salida, pero en el camino se encontraron con un mesero, Carla tomó una de las bebidas que llevaba y se la tomó toda de un trago.
Roger la fulminó con la mirada y la estrujó para que saliera ya.
-¡Hey! – Lo empujó cuando estuvieron en el estacionamiento- Tu hermana me dijo que no me dejara de nadie, tú me tratas mal.
Sus ojos chocolate se vieron opácados por el llanto que amenzaba con salir. Eso a Roger lo hizo sentir horrible, él quería que ella estuviera bien, nunca fue su intención hacerle daño.
-Carla, perdón..no..sé que me pasa, disculpa. -La chica sonrió y se acercó sigilosamente hasta con él, se mordió el labio inferior y comenzó a hablar:
-¿Sabes? Puedo perdonarte, sólo tienes que hacer unas cosillas. -Pasó su mano por el pecho de Roger haciéndolo sentir, muy, muy nervioso.
-Carla estás borracha -Le dijo intentando que la voz le saliera firme, cosa que no era fácil teniendo en cuanta donde es que Carla tenía su mano. Justo en su vientre, y no sabía si quería que la quitara o...
-¿Recuerdas lo bien que lo pasamos la otra vez en mi camioneta? -Susurró con un todo muy sugerente.
A Roger no le quedó más que asentir, Carla sonrió triunfadora y se acercó -más- para besar los labios de Roger.
Quién sabe como le hicieron para llegar sanos y salvos a la casa de Carla. La cual no dejaba de darle besos por doquier a Roger, el cual, ya no podía pensar coherentemente.
-Carla, siéntate. -La chica hizo puchero y se quedó ganchada del cuello de Roger. -Por favor, te prepararé un café.
-Yo quiero que me beses, no un café.
Roger bufó. Le daría a Carla lo que quería, para que en la mañana se sintiera horrible y él, sólo se iría a dormir.
El sonido del teléfono interrumpió sus pensamientos, por lo visto Carla no iba a responder, así que se las arregló para acercarse a la mesita junto al sofá para tomar el aparato. Era la abuela de Carla, preocupada, había llamado desde que se fue y no había tenido respuesta alguna, le daba gracias a dios, por dejar que Ro la cuidara. Le agradeció una y otra vez, al final le dijo que todo había salido de maravilla y que no entendía por qué se había marchado así tan repentinamente.
Sí supiera, pensó Roger, se había ido siguiendo a Carly para sorprenderla y el sorprendido fue él, nunca imaginó que la encontraría ebria, no imaginaba eso de ella. Y después parece la Venus* queriendo amar a todas horas.
Cuando terminó la llamada se dio cuenta que se había dormido, recostada en el sillón. Con las manos bajo la mejilla y un sonrojo que al parecer no se iría. La llevó hasta la cama y toda la noche la observo, a veces acomodaba su cabello, otras, le dejaba un beso en la frente. Era tan linda y tan problemática, él la quiere, la necesita, desea que la chica que conoció en el elevador regrese y poder ser felices por siempre.
*Venus, la diosa del amor, más específicamente de las relaciones sexuales. Sí mal no recuerdo.

CAPITULO 26 (ESCAPAR)

<<Que  cantaste Carla! Y le dijiste ¨escúchame…¨? Escucharte? Claro que lo iba hacer, ahora a de pensar que se la cantabas a él… y bueno así fue… oh dios alguien ya contesto… HABLA!>>
-hola? Hay alguien allí?-pregunto una señorita
-sí, hola, soy Carla medina
-dígame srita medina
-he… allí es la oficina del Dr. James?
-sí, solo que el sr james ya se retiro, quiere hacer una cita?
-si, por favor, mañana por la mañana
-bien, aquí la veremos, a las 10 le parece?
-está bien
Sin decir más termino la llamada, alguien tocaba la puerta del baño que ella había serrado con pasador. Abrió y allí estaba su abuela parada mirándola
-que haces aquí? Te sientes mal-insinuó su abuela
-sí, me siento mal, me puedo ir?
-irte!-subió el tono de su voz, miro la cara de Carla, resignada a quedarse en la fiesta sin ánimos y enferma-está bien vete- su tono de voz cambio. Lo quiso hacer dulce pero no podía
-gracias
Carla la abrazo y se fue, sintió un alivio, subió a su camioneta con rumbo indefinido, no quería ir a su casa, sabía que Roger la buscaría a allí y no quería verlo, lo único que quería era morir alcoholizada, ok no quería morir pero si quería embriagarse. No sabe cómo pero ya estaba en la carretera yendo al sur, su mente no iba con ella, solo su subconsciente algo confuso, llego al bar-karaoke donde había conocido a la ex de su ahora su ex.
Carla se estaciono y entro, había público, demasiado, seria genial cantar allí, pero ya lo había hecho y no quería repetirlo
Un joven nada feo estaba en el escenario cantando ¨circle of life¨ la reconoció desde que entro. Se sentó en un banco de la barra. Pidió un vokca
Después de casi 2 horas seguía allí, viendo como la gente se animaba a cantar, desde ¨angie¨ de the rolling Stone hasta ¨poker face¨ de lady gaga. No había tomado lo suficiente para morir pero si para que ¨cualquiera¨ llegara y se la lleve a su casa a…
De pronto una voz conocida se escucho
-buenas noches, aquí hay una señorita  a la que le quiero cantar algo, nuevo para mí, gracias a ella he escuchado canciones que jamás estarían en mi reproductor. –tomo su guitarra y se sentó en un banco.

jueves, 19 de enero de 2012

Capítulo 25 (AMARTE DUELE)

Carla miro a todas vueltas locas, su abuela apurando a más no poder a las maquillistas, y ya se escuchaba los murmullos de la gente esperando ver ¨algo¨


-está bien, pero no sé qué cantar


.-un pato no! Solo eso, si quieres canta la patita o el ropero hasta el ratón vaquero pero canta algo!


Roger salió para avisar a los músicos. Tomo un micrófono y…


-buenas tardes, estamos por comenzar el desfile, pero antes Carla medina nos cantar… algo


Alguien le dio un banco a Roger el cual puso en medio del escenario, Carla con todo y su pena salió


-por favor escúchame…


-Te quiero de aquí a marte,
amarte duele tanto que no se que hacer
si verte en el aparador, tocarte y quererte
amarte duele.
Te quiero de aqui a marte,
aunque la gente siga nuestros pasos yo
te pido no mires el reloj y quedate
aunque me duele
Y amarte duele
quiero llevarte a marte y quererte
si el mundo no conspira
no se puede, el amor
quiero llevarte a marte y quererte.
Escapare contigo a marte
ahi no importa nada, te podré querer
pero tu hermana dice que no sientes
lo que dices y me duele.
Y amarte duele,
quiero llevarte a marte y quererte
si el mundo no conspira
no se puede, el amor
quiero llevarte a marte y quererte
Y amarte duele,
quiero llevarte a marte y quererte
si el mundo no conspira
no se puede, el amor
quiero llevarte a marte y me duele
Y amarte duele
y amarte duelelele
mmbarara, mbararara, mbarara
y amarte duele
y amarte duele


Roger estaba allí parado escuchándola cantar, un minuto le sonreía y al otro se quedaba serio, escuchando una canción de Natalia lafurcade, ya la había oído, pero no escuchado


Carla termino su canción y corrió al interior con todas las chicas, ya todas estaban listas, comenzó la pasarela Roger presentaba las prendas, y el costo, se subastarían las prendas, y las ganancias irían a su fundación.


Después del desfile se hiso una pequeña fiesta, allí mismo, todo iba de maravilla, salvo que Roger no había visto a Carla desde que había cantado


Carla estaba encerrada en el baño sin saber qué hacer, busco en el interior de su pequeña bolsa de su jeans, saco el papel con el número de james, marco sin pensarlo dos veces, ya hacia unas horas que había cantado aquella canción

miércoles, 11 de enero de 2012

CAPÍTULO 24. (Hay cambios que se dan solos)




Cuando Carla abrió los ojos, sintió que alguien la aprisionaba, quería tallarse los ojos pero unos brazos alrededor de su cuerpo de lo impedían. Era Roger y tenía únicamente flashazos de lo que había ocurrido la noche anterior, ella alterada, Roger con cara de perro, ella gritando, tomando un cuchillo y amenazando con encajárselo, él con la mirada llena de lágrimas y rogando para que no hiciera una locura.


Suspiró y se dio cuenta que… Pues sí, necesitaba ayuda, pero no aceptaría la de la hermana de Roger. Y cuando éste despertara, le daría la noticia de que retomaría las terapias con su antiguo psicólogo.


Se acurrucó un poco más en esos brazos, descansaría un poco más, porque esa tarde se llevaría a cabo el evento…


-buenos días-le sonrió, mientras movía la cabeza para que sus cabellos obstruyeran sus ojos


-buenos días-no estaba la sonrisa de siempre pero sus manos hallaron el espacio para que el pudiera verle los ojos


-perdón-agacho la mirada


-perdón? No sabes lo que dices! Perdón no remediara TODO!


-lo sé-levanto su rostro- pediré ayuda


-me lo prometes?- se levantó , y se puso frente a ella-


-sí, le hablare a mi psicólogo


-mi hermana…


-no gracias, ella no, por favor


-está bien-se puso de pie nuevamente, se estiro un poco, el sillón no era muy cómodo y la espalda ya le dolía. –me tengo que ir, te veo e una hora, aquí


-está bien-se sentó en el sillón-me arreglare rápido


-te ves hermosa así-beso su frente y salió sin decir más.


Carla se apresuró, se bañó y se vistió ¨decente¨. Peino sus cortos y rubios cabellos. Busco en la caja que estaba debajo de su mano, saco una agenda negra, busco y busco hasta que encontró el teléfono que buscaba. Marco los números y espero que alguien contestara


-hola?-pregunto, esperando que fuera él y no su secretaria


-hola


-Mauricio?


-si?-la voz que escuchaba se le hacía conocida, pero no reconocía quien pudiera ser


-soy Carla, Carla medina-inocente y abrumadora era su tono de voz


-que sorpresa Carla, que gusto que me llames, pensé que lo harías cuando llegaras


-perdón todo ha sido una locura


-está bien, como estas?


Esa pregunta! Le aterraba que podía responder, porque no sabía cómo estaba


-bien, recuerdas que me dijiste que tenías una amigo aquí y que con él podía continuar con mis terapias?


-sí, quieres su dirección?


-por favor


Mauricio le dio la dirección y el teléfono, james, era el nombre de su amigo. Carla los anoto en un pequeño papel y lo guardo en la bolsa de sus jeans, termino la llamada con un simple gracias y a dios


Unos 15 minutos pasaron y Roger ya estaba tocando la puerta.


Carla salió, con una enorme sonrisa, y se fueron, cuando llegaron a la fundación ya todo estaba montado, las modelos ya habían llegado y ahora si estaban todas, no faltaba nada para la pasarela, Carla y Roger se separaron para terminar de revisar los últimos detalles, los ejecutivos y amigos comenzaron a llegar, Carla estaba terminando de ayudar a las modelos con los vestuarios, Roger revisaba que el sonido estuviera bien.


-Carla, debemos empezar


-pero aún no están listas las chicas


-debemos empezar YA!


-pero…


Roger ya sabía ido antes que ella pudiera terminar la frase. Lo miro entrar a su oficina, supuso que le estaba dando más tiempo, y apuro a las modelos a terminar de vestirse, faltaban unas cuantas de maquillar y eso atrasaba el programa del evento.


Toma-le dijo Roger girándola para que lo viera


-una guitarra? Y yo que hago con una guitarra


-cantar, entretén a la gente en lo que están las chicas


-no, no, no! Yo no!


-por favor


-Roger pero…